Reflexión Dominical: Domingo XIII de Tiempo Ordinario

Por Borja Atencia Flores

Lectura del Santo Evangelio según San Mateo (10,37-42):
En aquel tiempo, dijo Jesús a sus apóstoles: «El que quiere a su padre o a su madre más que a mí no es digno de mí; el que quiere a su hijo o a su hija más que a mí no es digno de mí; y el que no coge su cruz y me sigue no es digno de mí. El que encuentre su vida la perderá, y el que pierda su vida por mí la encontrará. El que os recibe a vosotros me recibe a mí, y el que me recibe recibe al que me ha enviado; el que recibe a un profeta porque es profeta tendrá paga de profeta; y el que recibe a un justo porque es justo tendrá paga de justo. El que dé a beber, aunque no sea más que un vaso de agua fresca, a uno de estos pobrecillos, sólo porque es mi discípulo, no perderá su paga, os lo aseguro.»

Palabra del Señor
Estamos en el Domingo XIII del Tiempo Ordinario y hoy elSanto Evangelio nos narra una lección de amor y entrega sin precedentes.Sabiendo que Cristo se entrega por nosotros, nosotros mismos somos los quedebemos buscarlo e ir con él. La misericordia del Señor es grande como grandesson las obras que sus hijos hacen por él. Dice el Santo Evangelio algunospuntos que podemos reflexionar detenidamente. “El que ama a su padre o a sumadre más que a mí, no es digno de mí.” Esto nos hace pensar en lo infinitamentebondadoso que es el Señor para con nosotros, ya que se entregó para nuestrasalvación por ese amor que nosotros ahora debemos profesarle.
Otro de los puntos es la entrega sin límites por el Señor“El que encuentre su vida, la perderá; y el que pierda su vida por mí laencontrará.” Aquí el Señor hace referencia a esa entrega total por él, a unsendero de vida, a vivir con él y cumplir sus mandatos. Y termina el evangeliocon una frase que marca toda la vida de Cristo “Os aseguro que no perderá surecompensa.” Jesús nos promete ese reino de salvación del que ha descendidopara salvar a la humanidad y por el que se ha hecho hombre.
Dice el Evangelio de San Juan una frase que bien puederesumir este pasaje evangélico de Mateo que contemplamos este domingo y que eslo primero que automáticamente viene a recordarnos la misericordia deDios: ”Jesús le dijo: Yo soy el camino,y la verdad, y la vida; nadie viene al Padre, sino por mí.” Estas palabras manifiestan otra vez más el sentidoevangélico de este pasaje. La entrega de Dios por nosotros deberá significarque nosotros debemos entregarnos también a él, amarlo sin límites y estardispuestos a dar nuestra vida por él.

  La letanía de la Divina Misericordia: Una oración para recibir la gracia divina

Relacionados

Esta web utiliza cookies propias para su correcto funcionamiento. Al hacer clic en el botón Aceptar, acepta el uso de estas tecnologías y el procesamiento de tus datos para estos propósitos. Más información
Privacidad