Oración vocacional para jóvenes
La finalidad de la Jornada Mundial de Oración por las Vocaciones es cumplir públicamente la consigna del Señor: “Rogad al Dueño de la mies que envíe obreros a su mies” (Mt 9, 38; Lc 10, 2). Como colofón a una oración que se ofrece continuamente en toda la Iglesia, afirma la primacía de la fe y de la gracia en todo lo que concierne a las vocaciones al sacerdocio y a la vida consagrada. Aun apreciando todas las vocaciones, la Iglesia concentra hoy su atención en las vocaciones a los ministerios ordenados (sacerdocio y diaconado), a la vida consagrada en todas sus formas (vida religiosa masculina y femenina, sociedades de vida apostólica, virginidad consagrada), a los institutos seculares en su diversidad de servicios y de miembros, y a la vida misionera.
Por los jóvenes de ambos sexos; Para que Dios les conceda el don de la inteligencia para discernir su servicio en la Iglesia, el sacerdocio, el diaconado o la vida consagrada; Y el don de la valentía para seguir su llamada. Roguemos al Señor. . . .
Breve oración por la vocación
Escucha nuestra oración y las oraciones de tu Iglesia y envíanos sacerdotes y religiosos buenos y santos. Te ofrecemos hoy todo lo que pensemos, hagamos o digamos por esta intención, por Cristo, Nuestro Señor, Amén.
Oh Dios, Tú llamas a todos en tu Iglesia a vivir una vida santa. Como un sabio dueño de la mies, llama claramente a los obreros para que recojan la cosecha de las almas. Que algunos lleguen a ser sacerdotes santos, formados por el Evangelio; que algunos encuentren su camino en comunidades religiosas llenas de amor por Ti. Inspíralos con tu Espíritu Santo para que dejen su modo de vida y compartan la obra de tu Hijo, que vive por los siglos de los siglos.
Oh Dios, tú nos has llamado a la salvación y has enviado a tu Hijo para establecer la Iglesia con este fin, y tú has proporcionado los ministros sagrados. La mies está siempre lista, pero los obreros son escasos. Inspira a nuestros jóvenes a seguir a Jesús sirviendo a Tu Pueblo. Amén
Oración por las vocaciones al sacerdocio y a la vida religiosa
“San José es una figura extraordinaria, pero al mismo tiempo “tan cercana a nuestra propia experiencia humana”. No hizo cosas asombrosas, no tuvo carismas únicos, ni pareció especial a los ojos de quienes lo conocieron. No era famoso, ni siquiera digno de mención: los Evangelios no recogen ni una sola de sus palabras. Sin embargo, a través de su vida ordinaria, realizó algo extraordinario a los ojos de Dios.” – Papa Francisco
La 58ª Jornada Mundial de Oración por las Vocaciones será celebrada por la Iglesia Católica el cuarto domingo de Pascua, el 25 de abril de 2021, un día que también se conoce comúnmente como el Domingo del Buen Pastor. Inspirada en la instrucción del Señor en los Evangelios de Mateo 9,38 y Lucas 10,2, en los que Jesús exhorta al pueblo a “pedir al dueño de la mies que envíe obreros para su mies”, la Jornada Mundial de Oración por las Vocaciones une a los fieles en la oración por quienes actualmente disciernen y viven las vocaciones al ministerio ordenado y a la vida consagrada.
En su mensaje anual, el Papa Francisco presenta a San José como modelo ejemplar de fidelidad, servicio y fidelidad, tres características que el Santo Padre considera primordiales para un sano discernimiento vocacional. El Papa Francisco escribe que San José era un hombre cuyo oído estaba atento a la voz de Dios y que era proactivo y firme en el cumplimiento de Su voluntad. Incluso en medio de las circunstancias más difíciles, San José nunca se quejó ni buscó elogios por su fidelidad. Su única preocupación era cuidar de la Sagrada Familia que le había sido confiada.
Oración para el domingo de las vocaciones
El domingo 8 de mayo de 2022 es la Jornada Mundial de Oración por las Vocaciones, en la que se nos pide que recemos por las vocaciones, especialmente al sacerdocio y a la vida consagrada. Este día también se conoce como “Domingo del Buen Pastor”.
Animamos a nuestros hijos, nietos y otros jóvenes a considerar una vocación como sacerdote, hermano religioso o hermana religiosa, y les apoyamos para que respondan a la llamada de Dios a esas vocaciones.
“Es la alegría de la sencillez, la alegría que experimentan a diario quienes se preocupan por lo que verdaderamente importa: la cercanía fiel a Dios y al prójimo. Qué bueno sería que esa misma atmósfera, sencilla y radiante, sobria y esperanzada, invadiera nuestros seminarios, casas religiosas y presbiterios. Rezo para que experimentéis esta misma alegría, queridos hermanos y hermanas que habéis hecho generosamente de Dios el sueño de vuestras vidas, sirviéndole en vuestros hermanos y hermanas mediante una fidelidad que es una poderosa declaración en una época de opciones fugaces y emociones que no traen ninguna alegría duradera. Que San José, protector de las vocaciones, os acompañe con su corazón de padre”.