Milagrosa oración a la llaga del hombro del señor

La herida del hombro de Jesús promete

Voices & ViewsseparateurCreado con Sketch.Padre Pio, Bernardo de Claraval y la Herida del Hombro de CristoDominio Público y Roberto Dughetti – Lucia Dughetti (Pio) Via WikiPediaKathy Schiffer – published on 02/26/16Dos grandes santos se dedicaron en oración, y con dolor, a una herida de la Pasión de Cristo, “no registrada por los hombres … “Haga clic en el botón y se le confiará un santo patrón seleccionado al azar para 2023. Los santos son nuestros intercesores en el cielo y una gran ayuda para los propósitos de Año Nuevo o cualquier otra necesidad. ¡Consigue hoy un patrón para 2023!

¿Qué tienen en común el místico medieval San Bernardo de Claraval y el monje moderno San Padre Pío? Bueno, ambos son santos y comparten la recompensa eterna que Dios les ha preparado. Pero más allá

Oracion de san bernardo a la herida del hombro de jesus

Dos grandes santos de la Iglesia se dedicaron con oración (y dolor) a una herida específica de la pasión de Cristo “no registrada por los hombres”: un místico medieval, San Bernardo de Claraval, y un monje moderno, San Padre Pío. La Poderosa Oración a La Herida En El Hombro es más conocida por derivar una fuerza increíble de la Sabiduría divina. El conocimiento sanador de que no hay prueba que no podamos soportar – especialmente a la luz del gran sufrimiento y Pasión de nuestro Señor. Mientras rezas, vale la pena contemplar también la profundidad del amor de Jesús por ti – lo suficiente como para haber sufrido todo el dolor del mundo para que tú puedas tener la vida eterna.

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Aunque esta Oración a la Herida del Hombro de Cristo no es un remedio mágico y rápido para todos los problemas de la vida, te ayudará a centrarte en el incomprensible amor de Dios por ti y en cómo, con Él, ninguna carga es demasiado pesada para que la lleves. Se cuenta que Dios mismo dijo a San Bernardo que a quien honrara esta Herida con la oración, se le concedería todo lo que pidiera “por su virtud y mérito”. ¿Y aún más? Él remitiría a todos los que la venerasen todos sus pecados veniales y olvidaría también sus pecados mortales (¡Gracias, Jesús!).

Oración de la flecha de oro

Oh Jesús amoroso, manso Cordero de Dios, yo, miserable pecador, saludo y adoro la sacratísima herida de tu hombro, sobre la cual llevaste tu pesada cruz, que desgarró de tal modo tu carne y desnudó tus huesos, que te infligió una angustia mayor que cualquier otra herida de tu benditísimo cuerpo. Te adoro, oh Jesús Dolorosísimo; Te alabo y glorifico, y Te doy gracias por esta herida tan sagrada y dolorosa, suplicándote por ese dolor excesivo, y por la carga aplastante de Tu pesada Cruz que seas misericordioso conmigo, pecador, que perdones todos mis pecados mortales y veniales, y que me conduzcas hacia el Cielo por el Camino de Tu Cruz. Amén.

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Se cuenta en los anales de Claraval que San Bernardo preguntó a Nuestro Señor cuál era Su mayor sufrimiento no registrado, y Nuestro Señor respondió: “Tuve en Mi Hombro, mientras llevaba Mi Cruz en el Camino de los Dolores, una Herida dolorosa, que fue más dolorosa que las otras, y que no está registrada por los hombres. Honra esta herida con tu devoción, y te concederé todo lo que pidas por su virtud y mérito. Y con respecto a todos los que veneren esta Llaga, les remitiré todos sus pecados veniales, y no me acordaré más de sus pecados mortales.”

La milagrosa historia de la herida del hombro de Jesús

Una Oración para Honrar la Herida del Hombro de Cristo | Cuán destrozado y agonizante debió estar el hombro del Señor aquel día por soportar el peso de la pesada cruz hasta el Calvario. Esta es una oración para honrar la herida del hombro de Jesús.  Tanto San Padre Pío como San Bernardo de Claraval tenían una sincera devoción por la herida del hombro de Cristo.

Oh Jesús Amoroso, manso Cordero de Dios, yo, miserable pecador, saludo y adoro la Sacratísima Herida del Hombro sobre la que llevaste Tu pesada Cruz, que desgarró Tu carne y desnudó Tus Huesos hasta infligirte una angustia mayor que cualquier otra herida de Tu Santísimo Cuerpo. Te adoro, oh Jesús Dolorosísimo; Te alabo y glorifico, y Te doy gracias por esta herida tan sagrada y dolorosa, suplicándote por ese dolor excesivo, y por la carga aplastante de Tu pesada Cruz que seas misericordioso conmigo, pecador, que perdones todos mis pecados mortales y veniales, y que me conduzcas hacia el Cielo por el Camino de Tu Cruz. Amén.

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